Pero lo que no
se explicaba en esos escritos era como utilizar esos símbolos sagrados, que según la tradición fueron revelados a Sidharta Gautama el primer Buda, en estado de meditación. Usui pidió permiso, y tras copiar los símbolos se los llevo del Tíbet a Japón para estudiarlos. Tras meses infructuosos, le preguntó al abad del monasterio Zen de Kyoto con el que mantenía fraternal amistad, que podía hacer. Este le recomendó que se aislase en meditación por lo menos durante tres semanas, a la montaña sagrada de Kuriyama, a 25 kilómetros de Kyoto. Usui legó al lugar sin comida y con el agua justa para pasar dicho periodo. También coloco veintiuna piedras en el suelo para medir el transcurso de los días quitando una cada día. Pasaron los veinte primeros días sin que nada hubiese ocurrido.La debilidad frustración y tristeza de Usui eran extremas. Al amanecer del día 21, mientras Mikao Usui contemplaba el sol naciente totalmente abatido. Cuentan que de la esfera solar salieron unas circunferencias luminosas de co
lores vivos que se dirigieron a toda velocidad hacia el monje, golpeándolo en el centro del pecho con tal brutalidad que separaron su alma del cuerpo. Cuentan que vio los símbolos del Reiki moverse a su alrededor como si estuviesen humanamente vivos. Le fue revelado como debía de utilizar y aplicar cada símbolo para activar sobre si mismo y las personas, un tipo de Luz (energía) Sanadora de origen Superior. Tras la experiencia Usui quedó exhausto. En el regreso de la montaña a su monasterio, se cuentan muchas anécdotas sucedidas al pobre monje.


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