Hablar sobre la meditación, es extremadamente difícil por no decir imposible, si se desea ser veraz. La meditación (Dhyana) sencillamente surge, se manifiesta del vacío, florece de forma aleatoria, sin previo aviso, es inmensurable y etéreo. Es vivencia y experiencia personal, indivisible e intransferible. Si se intenta razonar, es tan inútil como atrapar el aire. Si se genera expectativas, la frustración será el único resultado. Si se toma demasiado en serio, se burlará en tu cara. Si se abandona su búsqueda, el sinsentido de la vida se apoderará de nosotros.De la meditación, solo me atrevo a hablar del “camino” y/o la “actitud” hacia ella/ello. La meditación es el camino a la experimentación del Ser que en realidad somos.–En realidad os digo que dioses sois--Estáis hechos a imagen y semejanza de Dios-
-JESÚS- Pero si podemos explicar, que No es la meditación:-No es religión.-No es dogma de fe.-No pertenece a nadie, es Universal.-Nadie la creo.-No requiere de ningún esfuerzo o pensamiento.-No nos hace mejores o superiores a nadie.-No es pensar.-No es concentración.-No es contemplación“Reconoce que en tu interior hay un Ser que todo lo sabe y que todo
lo ve”. Con esta afirmación empieza Deepak Chopra su libro “El camino de los sabios”. Fíjense que sin creer absolutamente en nada, con tan solo adoptar una actitud propicia y practicar con regularidad, la experiencia puede suceder igualmente. Mi maestro me decía que eso sucede porque: “No somos seres humanos en busca de una experiencia espiritual. Somos seres espirituales metidos en una vivencia humana”. También me explicaba que por esa misma razón, cada día hay más personas mentalmente desequilibradas y enfermas. Por que cada vez nos alejamos más de la profunda paz y felicidad que supone la experiencia de nuestra esencia, en favor de otras satisfacciones más rápidas de conseguir basadas en la posesión de cosas, la apariencia, etc. 

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